viernes, 2 de febrero de 2007

Talegón de Córdoba: "Vuelvo a mi tierra con la humildad de quien empieza"

Sin renunciar nunca a su nombre artístico y reivindicando en todo momento la ciudad que le vio nacer, Talegón de Córdoba es un cantaor que aún está por descubrir para muchos en su tierra. Más de cincuenta años afincado en Madrid, Manuel Aranda Zamorano, sobrino de la recordada María La Talegona , es uno de los cantaores más estimados por los profesionales y artistas del flamenco; su trayectoria no deja lugar a dudas de su relevancia. Esta noche cantará en Bodegas Campos a partir de las 21.30 en el primer recital del ciclo flamenco Por la Ruta de las Tabernas, patrocinado por CruzCampo y en el que también intervendrán el cantaor Curro Díaz y el guitarrista Rafael Trenas, presentados por Paco Sánchez. - ¿Dónde se dio a conocer como cantaor? -Empecé a cantar en el barrio de las Costanillas, junto al bailaor Faiquillo, viviendo las penalidades de los tiempos. Me coloqué de lazarillo y pedía por las tabernas en una época muy dura. Rápidamente me incorporé a las fiestas flamencas que se solían dar en la Judería, en concreto en Los Califas, que estaba situado en la calle Deanes; en este lugar es donde Faiquillo y yo conocimos a Ricardo Molina, que nos dio siempre muy buen trato. Llegó un momento en que estábamos de moda hasta tal punto que venían muchos artistas, no sólo del flamenco, a vernos a los dos, que éramos unos niños. Recuerdo que por entonces Antonio Mairena venía casi todos los fines de semana a Córdoba, junto con Juan Talega, a estar con Ricardo Molina. - ¿Cuál fue el motivo de su marcha de esta ciudad? -Había que buscarse la vida y las circunstancias te obligaban a ello. Juan J. de Lara fue quien se fijó en mí y me incorporó al espectáculo Los chavalillos de España, y a partir de ahí me conoció La Paquera de Jerez y me presentó con el nombre Niño de Córdoba, nuevo ruiseñor de Andalucía, y ahí transcurrieron unos añitos hasta que con catorce me incorporé al ambiente flamenco de Madrid, teniendo bastante aceptación. Con el tiempo me conoció Gitanillo de Triana y me llevó para cantar en el tablao El Duende, por donde pasaron las mejores figuras del flamenco de entonces. Fue una época gloriosa, encantadora. - Se le ha encasillado como cantaor para el baile, acompañando a todas las grandes figuras, como Antonio Ruiz Soler, Antonio Gades… -Saber cantar para el baile te da experiencia, el conocimiento del compás y unas tablas que te permiten también cantar en adelante sin problemas; más difícil suele ser lo contrario. Hay que recordar que muchos de los grandes cantaores comenzaron cantando para el baile. Hay muchos estereotipos en el flamenco que no son ciertos como lo de cante grande y chico, porque en realidad se trata de que se cante bien, nada de chico ni grande, gitano o payo. - ¿Desde sus inicios a día de hoy ha cambiado mucho la manera de concebir el flamenco? -El flamenco, lo quieran o no reconocer, desde la etapa de Paco de Lucía y Camarón ha cambiado de manera impresionante. Camarón sedujo a los más jóvenes y viejos con su cante, y Paco de Lucía ha abierto todas las fronteras para la guitarra.- ¿Qué cree que tiene el flamenco para ser demandando en numerosos países? -El flamenco es anárquico total, diferente a todas las músicas, es único. Por eso cada vez que viajando por el mundo coincides con músicos de otras disciplinas y escuchan nuestra forma de cantar, tocar y bailar quedan enamorados.- Definitivamente, se viene a vivir a Córdoba, ¿no? -Sí, me vengo a mi tierra con la humildad de quien empieza de nuevo en una ciudad en la que muchos no le conocen. Puedo aportar mi experiencia de tantos años en el flamenco, mis vivencias y mi cante, actuando siempre como lo he hecho, tanto a nivel personal como artístico.-Francisco Martínez.El Dia de Cordoba 31/01/2007

No hay comentarios: